Pequeñeces

- ¡No, no estoy por la labor!- Los ojos le ardían mientras lágrimas gruesas y cálidas, como gotas de lluvia de una tormenta de verano, rodaban por sus mejillas.- He sufrido maltrato físico y psicológico y acoso sexual en el ámbito familiar, vejaciones y humillación pública en el colegio, acoso laboral en mi trabajo. A pesar de todo, he conseguido llegar hasta aquí, casi 30 años de miserias y podredumbre interior. ¡Así que no voy a permitir que me destroces el día!

Terminó su discurso al tarro de cebolletas que, tras mucho esfuerzo, no había conseguido abrir. Se quedó mirando al infinito y, poco a poco, se sumió en el llanto desconsolado y se hizo un ovillo en el suelo de la cocina.

1/8/14

Lluvia de metralla
se incrusta en la carne blanda.

 Ya no sabes cuándo es de noche,
cuándo de día.
Cielo gris de artillería.

Gritos.

Lágrimas que surcan la suciedad
de un rostro cenizo
a quién la muerte vino a visitar.
Demasiado joven.
Demasiado pronto.

Mañana no habrá clases.
Los pupitres destrozados
recordarán para siempre vuestros nombres.
Mañana no habrá niños en el parque.
 Los columpios se convertirán 
en lápidas silentes.

Bombardeo de inocentes
en nombre de la paz.