13/6/12



No vi a la luna
aquella noche de junio
y me pregunté si seguiría
llorando su causa perdida.

Recorriendo los bares
la vi en destellos fugaces
y creí que estaba buscando su vida
entre los fondos de botellas vacías.
Me armé de valor
para acercarme a hablar con ella.
Y hablamos,
reimos,
lloramos,
hasta que me confesó
que solo estaba haciendo tiempo
hasta que llegara el sol
al que conoció en una noche de eclipse
que la cogió por la espalda a traición...


...y desde entonces no fue la misma
y compartí con ella aquel vestigio de alegría.