13/6/12



No vi a la luna
aquella noche de junio
y me pregunté si seguiría
llorando su causa perdida.

Recorriendo los bares
la vi en destellos fugaces
y creí que estaba buscando su vida
entre los fondos de botellas vacías.
Me armé de valor
para acercarme a hablar con ella.
Y hablamos,
reimos,
lloramos,
hasta que me confesó
que solo estaba haciendo tiempo
hasta que llegara el sol
al que conoció en una noche de eclipse
que la cogió por la espalda a traición...


...y desde entonces no fue la misma
y compartí con ella aquel vestigio de alegría.

Actualización doble, para gustos :)


Hoy tengo el día alegre, a pesar de estar enferma, así que os dejo una actualización doble, con un micro triste y otro alegre. Ustedes los disfruten :)
 

Amor Eterno
Se besaron, acariciaron, desearon... se hicieron uno y se volvieron a besar. Se juraron amor eterno sin saber que, a la eternidad, se la estaba comiendo lentamente un cáncer silencioso.

Cuento Breve
Hubo una vez, en un país extraño en un mundo sin sentido, una joven pareja que, se quería tanto, que olvidó todo lo demás.

21/3/12


Llévate, primavera, los restos fríos
del este invierno tardío.

Los días, poco a poco,
se alargan como sombras de luz
que iluminan las calles.

Recuerdo ansioso de los campos 
de tulipanes florecidos
que no llegué a ver entre los canales
-de agua esos caminos
que parece que nunca acaban-

Olor de la hierba mojada
por las lluvias de primavera.

Olor de salitre fundido
con la brisa frente a Piquío.

 Llévate, primavera, los restos fríos
del este invierno tardío
y déjame solo los besos
del cambio de las estaciones
para que me cuiden en este desorden
que tengo de pasiones.

Pasillos


Ella caminaba tirando de su maleta por el pasillo del metro. 
Él caminaba con el maletín cargado de trabajo.
Ella con una maleta vacía esperando llenarla de ilusiones y vida.
Él con un maletín lleno de cargas y pesares que le consumían.

Miradas perdidas en el mismo punto de agonía. Un traspiés, un empujón, un (al unísono) "perdón". 

Rieron al tiempo llenando el eco del pasillo y los vacíos de la maleta y el maletín. 

- Me llamo Jose.
- Yo Sandra.
- Eres de aquí?
- No, no vivo en Madrid. Vivo en muchos lugares: me paso la vida viajando.

El traqueteo del metro en los raíles resonó por encima de las voces de la gente, que corría como siempre corren en aquella ciudad cansada y con prisas.

- Ése es el mío- dijo ella, sin dejar de sonreir.
- Volverás a Madrid?- preguntó él, con un deje esperanzado.
- Nunca estoy del todo y nunca me llego a marchar. Si tenemos que volver a encontrarnos, seguro que pasará.

Echó a correr por uno de los pasillos y él, con paso cauteloso, tomó la bifurcación hacia otro andén.

...
...
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A veces saltan imágenes cuando te vas de viaje. Todas ellas pueden ser buenas para hacer una historia. Aunque sea un cuento triste como éste. Y aunque (con la manía de subirlo sin corregirlo) sea tan malo. Pero he tenido la necesidad de escribirlo.