- I -
-Nala-
Te miró y -tal vez en su mente gatuna-
pensó que era uno de esos momentos
en los que te apetece pensar sola.
Brillaron sus ojos y temblaron los tuyos
y pensaste que la echarías de menos
en el viaje que emprenderías.
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-Él-
Le hablaste y pensó que no era verdad
y tan sólo suspiró y esperó
que cambiaras paulatinamente de opinión.
Volviste a soñar y el pensamiento giró
convirtiéndose en la realidad
que esperabas comenzar llena de energía.
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-Casa-
Suposiciones que podían ser ilusiones ópticas.
Ilusiones que tornaban en palabras honestas.
Sinceridades que puede que no fueran entendidas.
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-Amigos-
Llegado el momento oportuno
fuiste diciéndolo uno a uno.
Probablemente me enteré de las últimas
-ahora sonrío, entonces lloré
y te juro que no sé por qué-
A una vuelta te debiste encontrar sola.
A una vuelta se te debió pasar por la cabeza abortar
tu pequeño sueño, tu pequeña ilusión.
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Letras engarzadas que formaban palabras
que trataron de formar unas frases de apoyo.
Tal vez lo conseguí
-tal vez no-
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Menos de un mes.
Intranquila espera.
Liando papeles.
Desenredando ideas.
Ordenando la cabeza.
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Nunca debes temer
al ocasO
Temblando esperarás
aquello que siemprE
Mirabas con recelo:
a la fortunA
Sonriendo por el fracaso.
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Fotografía: El Libro Negro
Si no te gusta, le quito