- Estás muy guapa hoy
Soleil torció la cabeza, escrutando el trasfondo del mensaje. Se irguió sobre la silla, formando un ángulo perfecto entre la espalda y el asiento.
- Espero que durante el rato que estés conmigo no te dediques solo a adularme como si fuera una niña cualquiera con ganas de marcha…- contestó, haciéndose la digna.
- No pretendía ofenderte… tan solo era un cumplido- masculló Romeo, aparentemente molesto. Soleil se rió con sorna.
- Anda, que estoy como para que se enfade más gente conmigo… Solo te estaba provocando…
- ¿Quiere parecerse esa frase a una disculpa?- preguntó Romeo, con media sonrisa irónica. Soleil se abrazó a sí misma, desprotegida.
- No me ha gustado tu comentario- dijo, dando un trago.
- Tú das buenos golpes bajos y no crees que sea para tanto, ¿verdad?
La joven apartó la mirada, incómoda. De repente, ya no la pareció tan buena idea haberle invitado a sentarse con ella.
- Brindemos por un año menos de vida… Salud
- Salud
Las copas chocaron entre si y bebieron. Soleil observó cómo de la comisura de los labios de Romeo rodaba suavemente una gota de líquido derramado, surcando la barbilla en dirección al cuello. Él se limpió apresuradamente, a la joven la pareció que hasta avergonzado.
- No me explico por qué decimos salud cuando se supone que brindamos por un año menos de vida…- dijo Soleil, rozando con sus dedos la mano grande de su acompañante, tratando de distraerle. Él rió, asintiendo con la cabeza.- Lo digo completamente en serio, es absurdo, sí… absolutamente bipolar, ¿no crees? Créeme cuando te digo que los seres humanos somos animales completamente irracionales. No sabemos ni cohesionar dos frases seguidas, es terrible…
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Fragmento de "Luna de Noviembre"