Inocencia

Pasaron las horas. El viento golepó como una llamada frágil en el cristal de la ventana. Los agujeros negros del destino habían marcado un punto (y seguido?) en el alma.

Se levantó de la cama, desnudo y tibio.

Ella quedó temblando, reconociendo el sino.

Entre las sábanas el mundo parecía distinto y se aferró a la almohada. El alcohol que había acompañado a la noche dio paso a la inquietud sobria de la mañana.

- Me voy- dijo, con quietud en cada sílaba.

Cerró la puerta y la habitación quedó vacía. Ella rompió a llorar.

Sabía que no debía haberlo hecho, pero era tal el deseo...

Ella quería que todo volviera a ser como antes, él que no cambiara nada.
Ella quería dibujar corazones en el aire, él volar libre por el mundo.

Ella había contado las horas desde que se marchó de su vera. Él veía los minutos como oportunidades cercanas que no dejar escapar.

El reencuentro en la noche pareció inclinar la balanza hacia las esperanzas de ella, la mañana sombría empujó hacia la decisión de él.

No se habían prometido amor eterno.

12 comentarios:

Esther dijo...

¡Aaaay! El hombre...

Si es que esto está a la orden del día. Es tan vacío todo...

Me gustó tu relato: muy MUY, MUY actual.

Saluditos.

Esther dijo...

Por cierto, bonito el look de tu blog :)

Otro saludito.

Rebeca Gonzalo dijo...

Sólo te diré una cosa: ¡Guau!

Deseo dijo...

Bueno... el amor eeterno es bastante quimerico, aunque, ¿a quien no le entusiasmaria la idea?

A veces tambien las mujeres....

I. Pichel dijo...

Me gusta este texto, tiene una musicalidad extraña y alma de letra de Extremoduro.
Un salud y un canto de ballena =)

Maat dijo...

Esther: el hombre y, cada vez más, las mujeres, hacen estas extrañas cosas que no dejan de ser unas ya cotidianas experiencias de vida... Lo que no te mata te hace más fuerte... (y gracias por lo del blog! me costó un poquito encontrar una plantilla que me gustara, pero me apetecía darle algo de color y más "espacio vital")

Sechat: me alegro que te guste :) Un besote fuerte y no levanta ese ánimo!

Deseo: creo que todo el mundo ha soñado alguna vez con el amor eterno que nos enseñan como caramelos inalcanzables en novelas, películas y demás ciencias- ficciones.

Pescador: me he llevado una grata sorpresa con la alusión a Extremoduro, aunque esta vez me he inspirado más en Quique González :)

Pugliesino dijo...

Un relato escrito sobre olas del mar, narras fugacidad, fragilidad, fuerza, la complejidad.

Como dice Sechat guau!! :)

Me encantó.

Morbridae dijo...

A veces, cuando un artículo ajeno me mueve tanto como este, lo copio en mi blog, para compartirlo con aquellos que me leen. Obviamente, el tuyo no iba a ser una excepción.

Espero que no tengas problemas con eso (cualquier cosa, escríbeme y lo removeré). Avísame cualquier cosa, y sigue escribiendo así...

Maat dijo...

Carlos: todo lo que he querido transmitir lo has captado a la perfección :)

Oscuridad: mientras digas de dónde lo has cogido (y he visto que lo has hecho), no hay ningún problema ;) Me alegro que te haya gustado tanto como para compartirlo en tu blog. Un saludo!

Verónica Calvo dijo...

Suele ocurrir. Tal vez si se dejaran de lado las expectativas y se viviera el momento no pasarían estas cosas... pero somos humanos. Un besillo pre otoño.

Emma Grandes dijo...

Vaya!!! Sentimientos y deseos encontrados perfectamente descritos. Una historia que está a la órden del día. Muchas veces ni nos damos cuenta que nuestras decisiones dejan a la otra persona llorando al otro lado...
Enhorabuena, lo has bordado ;)
Te seguiré desde mi mirilla!

Maat dijo...

Ananda: las espectativas son la lacra de los sentimientos (porque serán muy bonitas, pero acaban destrozando interiormente si se truncan)

Emma: las decisiones, muchas veces, se toman sin pensar en la otra persona... Pero la otra persona también tomará decisiones sin pensar en... Bueno, es un pequeño bucle de pasos mal dados