En Candem town

Se acercó a uno de los puestos, donde un pintor vendía acuarelas que él mismo elaboraba en el momento.
- Me gustaría que pintaras Trafalgar Square como esa, pero acercando un poco más la imagen, más cerca la fuente- pidió Julia, señalando un cuadro en el que se veía una de las fuentes desde lejos y la National Gallery de fondo.
- ¿Es para ti?- preguntó, en un inglés con acento raro.
- No, es para un amigo.
Él sonrió, mientras tomaba, con una dulcura inusitada, un pincel entre sus dedos.
- Mejor te voy a pintar a ti en la fuente.
Trazó las líneas básicas con rapidez y precisión.
- Igual no te da tiempo...- comentó Julia, sonriendo.
- Siéntate en mi silla e imagina que estás en Trafalgar Square, sentada en el borde de la fuente, sintiendo el rumor apagado de las voces de los turistas y en tu mano el tacto del agua que fluye constantemente...
Julia cerró los ojos, recreando la imagen de la tarde en una situación en la que estuviera tranquila, sin mirar el reloj, disfrutando de una relajada tarde como si fuera londinense. Dejó caer la mano, siguiendo el movimiento de u fluir de agua inexistente...

La fiesta estaba resultando estupenda. Fue una gran forma de conocer a los compañeros de clase. Se acordó ir de botellón a la playa y después, si terciaba, de bares.
Verónica y Raquel fueron las primeras compañeras de clase que conoció, el mismo día de la presentación. La parecieron buena gente desde el principio...
El alcohol abundaba y Julia se empezaba a encontrar mal. Por eso se había acercado a la orilla del mar, a notar el agua salada rodeando sus pies, a rebajar el calor ficticio que la inundaba.
La orilla se encontraba a cierta distancia del grupo, por la bajamar. Las risas y voces entrecortadas por el vino y la cerveza ponían la banda sonora a aquel momento.
Uno de los chicos se acercó a ella, que le observaba mientras hacía eses sobre el poco estable suelo arenoso.
- ¿Por qué te has marchado? ¿Te aburres?- preguntó, riendo sin sentido. Julia esbozó media sonrisa.
- No, qué va...- contestó.- Me lo estoy pasando realmente bien. Creo que seremos una clase muy unida...
Julia, por aquel entonces, no sabía que cinco años daban para muchos problemas que acababan destruyendo la amistad de casi todas las clases.
- Entonces, es que llevas un ben pedo...- dijo él, haciendose el meditabundo.
- Eso es, sí señor...- rio ella y le tendió la mano.- Me llamo Julia... ¿y tu?

- Sorry?
Julia miraba la acuarela, en la que aparecía sentada en la orilla de la fuente, como él le había dicho. La noche se había ceñido sobre el cielo londinense y el pintor recogía su puesto, como el resto de los comerciantes de Candem Town. Julia retomó el inglés.
- Perdón, digo que mi nombre es Julia, ¿cuál es el tuyo?
El hombre la tendió la mano, coloreada con pintura seca.
- Jude McGregor- contestó, sonriendo.- Este sitio es un poco peligroso a estas horas... ¿tienes prisa por marcharte o te apetece tomar una cerveza?
- Me apetece tomar una cerveza- dijo, observando sus grandes ojos verdes y su amigable sonrisa.


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Fragmento de "La vuelta atrás" (título provisional)

6 comentarios:

Esther dijo...

Hola:

Está muy chulo tu relato. Confieso que me perdí un poco cuando de estar tu personaje ahí sentado frente al pintor, de esa escena se pasa a la del botellón, etc.: no me quedó claro si fue un recuerdo o imaginación al principio, parece que los recuerdos pero, es que debo de ser yo, que vine de hacer unas cosas y estoy ya un poco saturada pero, muy chulo y la foto ¡¡guaaaaaaauuuuu!! Me dan ganas de bañarme en esas aguas azuladas con el calor que hace. Muy chulo, de verdad.

Saluditos.

Maat dijo...

Si, suelo hacer ese tipo de cosas... Cambios bruscos para mantener la atención del lector sobre el hilo argumental... Es como una especie de puzle entre hechos pasados y presentes que hay que ir encajando poco a poco para descubrir la historia de Julia. Pero como Julia recuerda, es ella quien permite entrar al lector en el mundo de sus recuerdos.

Gracias Esther!

Pugliesino dijo...

Sí, ahora que lo has mencionado es como el complemento que me faltaba para una vez sabido volver a leer los fragmentos y descubrir que es ella, Julia, la que va permitiéndonos adentrarnos en la novela.
Ella pretende hallar el camino que le permita salir del laberinto, y nos guía a traves de el. Depende del lector que quiera o no seguirla, y por supuesto que la sigo :)
La escena en silencio pero que dice tanto, mientras de fondo de oye el murmullo de los médicos, el understand me? cercano pero tan lejos, es buenísima. La sucesión de planos sin brusquedad en la narración es buenísima también.
Parecen los fragmentos piezas de un puzzle sí, pero merecerá la pena el hacerlo.

¡A por el siguiente!

Maat dijo...

Creo que a veces peco de entender que el lector comprende perfectamente lo que quiero expresar, Carlos. Tu mismo has dicho que una vez aclarado ese punto, se entiende mejor el texto... Lo que pasa es que no sé muy bien cómo solventar ese aspecto! :D

Sara dijo...

Me gusta. Es un estilo de narrar rollo guión de película. ;)

Rebeca Gonzalo dijo...

La escena con el pintor me ha gustado y tu idea del flashback está muy bien, pero pienso que debería ser más sutil para que no resulte dificil al lector seguir el hilo argumental.

Es sólo una opinión. Besos.