"...Así, Marta se iba desquiciando poco a poco, imaginando en su universo paralelo cuando llegaría el momento... Claro está, que en ese mundo que se había creado desde niña, no tenía ningún problema en gritar su sexualidad, porque toda la gente se aceptaba sin condiciones. En ese mundo perfecto -en el que no había reproches, ni risas a sus espaldas, ni nada de nada-, en ese maravilloso lugar, pasearían por las calles empedradas de la mano. Y así, andando lentamente, en la plaza más limpia que reflejara la luz de la luna en el brillo húmedo de la antigua piedra, acariciaría el torso de María y rozarían sus labios. Marta sonreiría y su amor correspondería apretándola entre sus brazos y uniendo el puzle que formaban las lenguas y los labios.
Pero estaba claro que eso sería en su mundo imaginario, porque allí delante tenía a su amada María, balanceando la copa en su mano y apoyada sobre el protector pecho de su novio Bruno..."

Las Lindes (proyecto)

1 comentario:

ellibronegro dijo...

Quiero leer más.
Me gusta demasiado, si.