- II -

-Recuerdos-

Cuando paseabas por la ciudad

consciente de que no volverías en un tiempo

quisiste guardar en tu retira esos lugares

que no podía captar la cámara.

Echaste -una vez más- de menos

aquel bar que hacía ya un año fue cerrado,

cuando pasaste por esa calle

en la que viviste la juventud...

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-La Profesora-

...y yo ahora recuerdo cuando bajaste

del despacho de aquella profesora

que marcó tu antes y tu después...

No quisiste hablar de ello,

pero te debió dar esos consejos

-de lucha, de supervivencia, de vida-

que nosotros no te podíamos dar.

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-Últimos momentos-

Te debió parecer una broma

cuando la gente comenzó a marchar

cada uno en su momento, cada uno a su hogar,

y nos quedamos nosotras tres.

Dolió el abrazo y se me quedó el regalo

cobarde en el bolsillo del pantalón:

el cascabel de mis llaves,

que él me pidió que comprara para que,

cuando no las encontrara por el bolso,

sonaran y me abrieran la puerta de casa.

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-Fallido-

El cascabel te iba a regalar,

por si se te perdían las llaves,

para que pudieras agitarlo

y recordar dónde está tu casa

y que no te pierdas por el camino...

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-Adiós-

Sonó profundo y angustioso

-quizás ahora aceptando

que no ibas cambiar de opinión-

Arrancó el autobús

él se quedó en el andén,

ellos se quedaron en casa,

y Nala olisqueó tu cama

y se echó a dormir en ella...

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Letras engarzadas que formaban palabras

que trataron de formar unas frases de apoyo.

Tal vez lo conseguí

-tal vez no-

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Solista en la obra

donde todo se vE

Fiera en el instinto

recuerda que ahora solo estás tU

Encuentra la forma

para que no te puedan herirR

Tranquila, sabes que puedes,

cómete el mundo: adelantE

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Fotografía de El Libro Negro

Sobre el poema: como siempre (si no te gusta...)

Como el "adiós" me parece largo, prefiero decirte "hasta luego" y como las despedidas no las encajo bien, pues preferí hacer como que te ibas a casa a comer y nos veríamos en clase al día siguiente... Soy así, no me lo explico ni yo...